sábado, 15 de octubre de 2011

26.- ¡¡HÁBLAME DE DIOS!!

 Dije, temeroso, al SOL poniente: ¡Háblame de Dios!
Y el sol se ocultó sin decirme nada;
pero al día siguiente, cuando abrí mi ventana,
me volvió a sonreír.

Dije al ALMENDRO: ¡Háblame de Dios!
Y el almendro floreció.
Dije al POBRE: ¡Háblame de Dios!
Y el pobre me ofreció su capa.

Dije al SUEÑO: ¡Háblame de Dios!
Y el sueño se hizo realidad.
Dije a la CASA: ¡Háblame de Dios!
Y se abrió la puerta.

Dije al NIÑO: ¡Háblame de Dios!
Y el niño me sonrió.
Dije a un CAMPESINO: ¡Háblame de Dios!
Y el campesino me enseñó a labrar.

Dije a la NATURALEZA: ¡Háblame De Dios!
Y la naturaleza se cubrió de hermosura.
Dije al  AMIGO: ¡Háblame de Dios!
Y el amigo me enseñó a amar.

Dije a un PEQUEÑO: ¡Háblame de Dios!
Y el pequeño me lo pidió a mí.
Dije a un RUISEÑOR: ¡Háblame de Dios!
Y el ruiseñor se puso a cantar.

Dije a la FUENTE: !Háblame de Dios!
Y el agua a raudales brotó.
Dije a mi PADRE: ¡Háblame de Dios!
Y se me quedó mirando y amándome. 
                                            
Dije a un SOLDADO: ¡Háblame de Dios!
Y el soldado dejó sus armas.
Dije al DOLOR: ¡Háblame De Dios!
Y se transformó en agradecimiento y esperanza.

Dije a mi MADRE: ¡Háblame de Dios!
Y mi madre me dio un beso en la frente.
Dije a la  MANO: ¡Háblame de Dios!
Y la mano se puso a servir.                                                      
    
Dije al ENEMIGO: ¡Háblame de Dios!
Y el enemigo me tendió la mano.
Dije nuevamente al  POBRE: ¡Háblame de Dios!
Y el pobre me acogió.

Dije a la GENTE: ¡Háblame de Dios!
Y la gente se amaba.
Dije a la BIBLIA: ¡Háblame de Dios!
Y la Biblia se ahogó de tanto hablar.

Dije a la VOZ: ¡Háblame de Dios!
Y la voz no encontró palabras.
Dije a JESÚS: ¡Háblame de Dios!
Y Jesús rezó el Padre nuestro.

Dije a Dios: ¡Háblame de Dios!
Y Dios me señaló a Jesús.
Le insistí a Dios: ¡Háblame de Dios!
Y Dios me dijo: te hablaré de ti.

                        Miguel Estrade.


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