sábado, 13 de octubre de 2012

43.- LOS EVANGELIOS Y LA HISTORIA


 Jesús es un personaje histórico.

Jesús no es un mito, ni una idea, ni una invención de la primitiva comunidad cristiana.
“La historia la entendemos en sentido pleno; como ámbito de un hecho acaecido en un tiempo determinado, en un espacio y en un contexto sociopolítico. En segundo lugar, como lugar de revelación y de realización del designio salvífico de Dios”. 
Por ser Jesús un personaje histórico, debe ser acogido por cristianos y no cristianos, creyentes o no, en cuanto al aspecto de modelo humano. La historia crítica de Jesús da respuesta a los escépticos y a los que niegan su misma existencia.
Es más, la historia de Jesús, sus palabras, gestos y acontecimientos son, al mismo tiempo, historia de salvación, es decir, lugar de revelación y de realización del plan salvífico de Dios para todos los seres humanos.

¿Los Evangelios son históricamente fiables?
“El gran acontecimiento, que los historiadores no cristianos se limitan a mencionar, alcanza luz plena en los escritos del Nuevo Testamento, que, aun siendo documentos de fe, no por ello son menos atendibles, en el conjunto de sus relatos, como testimonios históricos”.  
La Tradición viva de la Iglesia testimoniada por los escritores cristianos desde los primeros siglos, indica que siempre se consideraron históricos los relatos del Nuevo Testamento.
La historicidad de los Evangelios se deduce también por su comparación con las biografías griegas y romanas de la época.
Se han estudiado “vidas” de personajes griegos y romanos, anteriores o posteriores a Jesús en dos siglos  con el siguiente resultado:
En todas, es importante la atención exclusiva al sujeto, único protagonista.
En las biografías examinadas, los primeros treinta o cuarenta años de los héroes están tratados muy brevemente, incluso omitidos; el acento se pone en el periodo decisivo de su vida y muerte.
En las biografías actuales, la vida de los personajes es recorrida desde el nacimiento hasta la muerte.
No se indica expresamente el carácter del héroe, debe extraerlo el lector de su dichos y hechos.
En las biografías actuales, se suele dar el perfil psicológico del biografiado.

¿Son los Evangelios verdaderas biografías de Jesús?
Es esta la pregunta que podemos formularnos, a la luz de los estudios críticos realizados.
En los Evangelios se dan las tres características propias de las biografías griegas y romanas de la época:
Hay un único protagonista: Jesús; y todos los demás personajes giran en torno a Él.
Los Evangelios se centran en los tres últimos años de la vida de Jesús, sólo citan los anteriores muy de pasada.
No hay discursos abstractos sobre los rasgos psicológicos de Jesús; lo que hay son muchas acciones que manifiestan su carácter.
Tras la comparación crítica, es obligado concluir “que los Evangelios son escritos biográficos, aunque con características diferentes de los modernos”, y que “la tendencia creciente a considerar los Evangelios como biográficos está justificada, siendo los Evangelios verdaderas y propias vidas de Jesús”.  

Los evangelios son catequesis de la primitiva comunidad

Los cuatro evangelistas, reflejando la catequesis de la primitiva comunidad, escribieron estas “vidas”, interesados en la persona histórica de Jesús, fuente y fundamento de su fe y de su misión de testimoniarla.

“La narración debe ser vista no tanto como información, sino como auténtica y compleja obra de comunicación de la fe, de representación de los acontecimientos salvíficos, de interpelación existencial, de conversión y de invitación a un apostolado coherente”.
La Palabra de Dios contenida en los Evangelios, debe ser escuchada y meditada; pero, sobre todo, orada y acogida. Guardada en el corazón del creyente, produce una continua conversión y lleva a una vida de testimonio coherente con la fe profesada. 

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